UN PASEO POR LAS ISLAS LOFOTEN Y VESTERALES

Seguimos nuestro viaje a las ISLAS LOFOTEN Y VESTERALEN, y nuestra decepción por no ver las ballenas se vio pronto recompensada y olvidada por las imágenes que contemplamos a lo largo de su recorrido. ¡Dios! ¡que azules, turquesas, celestes, marrones y verdes!.Estaba descubriendo nuevos colores y sensaciones, pero sobre todo que tranquilidad, que silencio, que paz, solo interrumpido por el ruido del viento que soplaba insistentemente. Nunca pensé que los fiordos del Norte fueran así ¡que grandiosidad de la naturaleza!¡que inmensidad! . Fue como un paseo por el paraíso. Era el lugar más bello que había visto. Os aconsejo que si queréis huir del ruido y del estrés vengáis a este lugar. Es un lugar para encontrarse.
Una vez que abandonamos tierra firme el itinerario discurrio de isla en isla, todo era presencia del mar dando vida, luz y color, animando los contornos y las perspetiva.s
La isla de Hinnoy es la puerta de entrada al archipiélago de las Vesteralen y Lafoten, islas verdes, de valles cubiertos de bosques entre lagos de todos los tamaños donde pescar parece un juego de niños.
Las orillas de los fiordos, se veían poco habitadas, de vez en cuando algún pueblecito, unas cuantas casas y todas de madera pintadas de color rojo oscuro. Los fiordos están enmarcados por altas montañas de roca gris por donde la carretera pasa a duras penas consiguiendo abrirse paso. A medida que avanzábamos el paisaje se ensachaba, descubriendo otro mundo. Parecía estar en una especie de sueño, de evasión en el exótico Ártico.
Las Lofoten se alzan frente al viajero como un laberinto de oscuras pirámides rocosas, entre densas nieblas como visones fantasmagóricas, siempre cambiantes. Más abajo, un viento a veces furioso que fustiga el mar y la sensación de estar viendo un paisaje irreal aumenta, así son las Lofoten, las que habíamos visto en postales, imágenes fantástica sálpicadas de casas de vivos colores, habitada por gnomos y pescadores .
La naturaleza ha confirmado una costa imposible, con meandros y recovecos sin fin, es un conjunto de tierras, lagos, rocas, orillas, mares y escollos, una tierra de tan insólita y apabullante belleza que no es fácil despedirse de ella.

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